viernes, 29 de mayo de 2015

Gato por liebre


A finales del pasado verano decidimos que había llegado el momento de habilitar la tronja de la habitación de mi hija para colocarle la cama arriba y ganar espacio abajo - parece que fue ayer cuando decíamos "cuanto tenga siete u ocho años, que no se mate por la escalera, le subimos la cama...", pues los siete llegaron -.  Así que contactamos con la empresa de carpintería que nos había hecho los trabajos de la casa, con quienes manteníamos buena relación - sí, aunque parezca extraño no acabamos peleados con todos los que intervinieron en la obra - y quedamos con el jefe para mostrarle el diseño de lo que queríamos.

Durante el encuentro le mostré lo que estaba haciendo con los muebles y estuvimos hablando sobre ello. La sorpresa fue el día que vinieron los operarios a montar la escalera y aparecieron con un regalito para que hiciera lo que quisiera con él, según palabras textuales del jefe, así que eso el lo que hemos hecho, lo que hemos querido.
Estructura original
Se trataba de una estructura de cómoda realizada en DM - a caballo regalado... - con dos puertas en la parte inferior y tres cajones en la superior, dos de ellos con frontal de madera, uno de pino y otro de morera.


Empezamos por buscar una solución para elevarlo del suelo. Optar por un zócalo nos parecía un tanto tosco, queríamos algo más sutil, así que navegamos por internet a la caza de ideas hasta que encontramos unas patas que nos gustaron, realizadas con una simple lámina de hierro en forma de trapecio, de diseño bastante sencillo, proporcionaba la sensación de ligereza que buscábamos en contraposición al bloque de la estructura. Se lo encargamos a un cerrajero y a los pocos días teníamos las patas en el taller.
Interior pintado
Colocamos unos tacos de refuerzo en las esquinas de la base y sobre ellos atornillamos las nuevas patas.

Volviendo al mueble, por una vez teníamos una estructura que no necesitaba restauración, estaba nueva y reluciente, solamente requería de un leve lijado de la superficie para mejorar la adherencia de la pintura.

Tras realizar varias pruebas con diferentes colores, el interior se pintó en verde y salmón. El exterior, que inicialmente iba a ser de dos colores también, finalmente se quedó únicamente en rojo - mi azul sigue aparcado, ni lo mencioné -, y aplicando una técnica para crear betas simulando textura de madera natural le dimos una terminación más aparente. 
Exterior pintado

Recientemente, en el taller, se había estado trabajando en la restauración del dorado de un marco y se nos ocurrió probar a añadirle unos detalles a la cómoda con la misma técnica, pero en cobre. Realizamos una prueba, y el resultado nos pareció adecuado así que lo hicimos.

Finalizados los trabajos de pintura se aplicó un tratamiento de envejecimiento para oscurecerlo y darle un aspecto de mayor solera y elegancia. La verdad es que resulta bastante fácil dar gato por liebre a ojos de un neófito, a simple vista estoy seguro que más de uno pensaría que se está llevando un mueble de madera maciza.
Detalle interior cajones






En los cajones le dimos nuestro toque personal forrando los fondos con láminas de papel colorido para darle un poco de alegría en contraste con la sobriedad exterior.

Por último, y aunque parezca sencillo, no lo fue por lo que nos costó decidirnos, le añadimos pomos tanto a los cajones como a las puertas, que habían sido fijadas con bisagras de piano.
Detalle de pomo y bisagra

Tras muchas discusiones - de buen rollo siempre, somos muy cooperativos - nos decidimos por un par de pomos bastante originales que teníamos en el taller y el resto los hicimos, dos de madera y otro de porcelana, que decoramos como la estructura, en rojo y cobre envejecidos.

Lo cierto es que no quedó nada mal, como os muestro a continuación. y con esto ya consideramos que tenemos material suficiente para comenzar a comercializar nuestros productos. Espero que pronto tendremos noticias al respecto. No dudéis que os lo haré saber.



Mueble finalizado
P.D.: Gracias a Francis de 1000 Maderas - me permitiréis un poco de publicidad - por el regalo.

martes, 19 de mayo de 2015

Piramide Psicodélica

Con el objetivo de seguir acumulando material para el lanzamiento del nuevo proyecto comenzamos con otro trabajo.
Estado original
Se trataba de un mueble adquirido a un particular contactado a través de una página de Internet de compra-venta. Ésta es una opción de fácil acceso en la que se pueden encontrar cosas interesantes, y a buenos precios, que es de lo que se trata. Era un mueble que me pareció atractivo únicamente por su forma piramidal ya que, ni era antiguo, ni aparentemente parecía que fuera de madera de buena calidad.

Se adaptaba perfectamente a una idea que tenía en mente hacía tiempo consistente en una cómoda de varios cajones y cada uno de ellos de un color distinto. No es que fuera algo innovador, pero tenía ganas de hacer algo así y esta era la oportunidad.

Con la cómoda ya en el taller, nos pusimos manos a la obra. Lo primero, tras desmontar los tiradores, y no me canso de repetirlo - si de hacerlo - fue lijar y preparar la superficie para el pintado.

La parte inferior del mueble, la que apoya sobre el suelo estaba algo dañada por lo que previo al pintado hubo que realizar un trabajo de restauración de la madera para fortalecerla y evitar que continuara deteriorándose. 

Sí teníamos claro que la estructura principal iba a ser de un único color, la fiesta vendría dada por los cajones. Lo cierto es que no hubo muchas opciones para pensarlo, no se si es que Eva quería evitar que lo pintara de mi azul - prometo que lo he dejado... de momento -, pero cuando me vine a dar cuenta ya estaba pintado a medias de verde claro, podéis llamarlo Caribe - o como más os guste no voy a entrar en la discusión por que ya sabéis de las limitaciones de la paleta de colores de los hombres en comparación con la de las mujeres - pero era bastante llamativo, en la línea de lo que pretendíamos y me pareció apropiado.


Tanto al tablero superior como a la parte inferior del mueble se le dio un fondo verde oscuro - mi paleta de verdes se limita a claro, oscuro y verde a secas,... y apurando, verde militar, ¿que es eso de verde pistacho, aceituna y cosas por el estilo? - sobre el que se pintó con el verde claro dejando entrever el primero sólo en algunas zonas, reproduciendo un efecto de desgaste curioso.


Tras ésto, pasamos a los cajones, que finalmente decidimos forrar de papel, tanto exterior como interiormente por lo que nos pusimos a buscar láminas apropiadas que le dieran colorido al conjunto, que es de lo que pretendíamos.

Fuimos probando diferentes combinaciones de colores, formas y motivos, y ante la gran cantidad de opciones que se nos presentaban y las dudas que nos asaltaban, tiramos por la calle del medio y sin darle demasiadas vueltas comencé a pegar láminas, empezando por la cara exterior. Con los cajones superiores - los dos primeros - no hubo problema, el tamaño de las láminas era suficiente, pero para los inferiores fue necesario recortar y realizar montajes para cubrir la superficie completamente.

Terminado el exterior pasamos al interior. Una vez elegidas las láminas que iba a poner, se pintó cada uno de un color diferente: negro, beig, azul, verde y salmón - este último es un extra de mi paleta de colores -,  buscando cierta consonancia con el papel seleccionado para el interior con el fin de mantener una cierta coherencia - no era cuestión que pareciera que cada combinación era de su padre y de su madre -.

Detalle de interior de cajones
Si en algunos casos hay cierta relación entre colores exteriores e interiores se puede decir que fue casi por casualidad ya que no consideré importante esta cuestión dado que lo normal es que los cajones estén cerrados y por tanto no hay conflicto estético, por llamarlo de alguna manera.

Sólo faltaban los tiradores, y después de barajar varias opciones y perder el tiempo buscando distintos modelos y combinaciones, optamos por lo más simple - que a veces es lo más efectivo -, colocar los tiradores originales, previo pintado en el mismo color que la estructura del mueble. Con ésto y el mismo color en el canto superior de los cajones manteníamos un nexo de unión entre el colorido de los mismos y la estructura principal.

Después, simplemente se protegió todo el conjunto con barniz, y una vez seco, se colocaron los cajones y listo. El resultado final lo podéis ver a continuación, un tanto psicotrópico, pero eso si original cien por cien.