En este corto espacio de tiempo he aprendido cosas, pero sobre todo ha aumentado mi convicción en lo que estoy haciendo. He conocido a un grupo de personas peculiares que no dejan de darme lecciones cada día y que me han mostrado que hay otra vida además de la que - al menos yo - había conocido hasta ahora, mas solidaria y cooperativa. Pasamos las mañanas entretenidas contándonos nuestras batallitas mientras trabajamos - y a veces colaboramos con el trabajo de los demás con ayuda y consejos - o disfrutamos de una pausa para compartir un café, y siempre hay algún espontáneo que aparece para alegrar la fiesta. Lo cierto es que es un espacio de trabajo que todos hacen que sea muy especial.
Dejando atrás este breve - aunque necesario para el espíritu - paréntesis, y volviendo sobre las clases contaros que inicialmente consistían en una mañana a la semana, lo cual era bastante frustrante, en el sentido de que cuando acababa el día tenía que dejar aparcado el trabajo hasta la semana siguiente y seguir con mis cosas de casa.
Pero todo fue estar en el sitio justo en el momento adecuado. Quiero pensar que fui como un talismán ya que desde que llegué comenzaron a entrar encargos de trabajos de restauración y transformación de muebles por lo que la profesora - Eva, es su nombre - dado que yo tenía tiempo, y supongo que me vería también con ganas de hacer cosas, una mañana me planteó la posibilidad de acudir al taller cuando quisiera y a la vez que continuaba con mis proyectos personales también le echara una mano con los trabajos ajenos que se acumulaban. Por supuesto acepté inmediatamente, la verdad es que no me costó decidirme, era una gran oportunidad para aprender teniendo a mi disposición un lugar de trabajo más adecuado y ajeno a las distracciones de casa - ya tengo llave y todo - por lo que así empezó la Nueva Aventura.
En apenas un par de meses había pasado de alumno a aprendiz colaborador, por llamarlo de alguna manera, abriéndose a la vez varios proyectos por diferentes vías que me ilusionan y animan y que ya os iré mostrando conforme vaya ejecutando.
Silla Original |
Empezamos con las sillas forrando la tapicería para no deteriorarla, seguidamente se lijaron completamente para eliminar el barniz y tinte anterior y posteriormente las pintamos de blanco. El color no lo cogían bien así que tuvimos que darles tres manos con sus correspondientes toques de lija entre una y otra. Acabado ésto pasamos al desbastado para realizar el decapé y por último dos capas de barniz a esponja para dejar un acabado fino.
Resultado final de las sillas |
Mesa Original |
Lo que aprendí de ésta es que como todos bien sabéis, a veces las apariencias engañan y lo que parece complicado se convierte en simple y lo que parece fácil, en ocasiones se atraviesa de una manera inimaginable. Una para aprender...
Resultado final de la mesa |
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