miércoles, 27 de enero de 2016

Star Trek

Cuando uno hace algo hay ocasiones en las que está tan orgulloso del resultado que se pregunta como ha sido capaz de hacer algo tan bueno - modestia a parte -, hay otras en las que quedas satisfecho - ¿o contento?-, otras en las que... bueno, cumplimos, cubrimos el expediente... pero hay también algunas en las que mejor no decir nada - hablo de trabajo ¿eh? -.

Pues éste es uno de los últimos casos, y no porque sea un trabajo mal realizado, ni mucho menos, sino por que el resultado - por decirlo finamente - se aleja un tanto de mis tendencias estéticas. Es posible que a alguien le guste el resultado - por lo menos uno, al Cliente - , y lo cierto es que uno ya tiene recorrido para aceptar los diferentes gustos, pero también he aprendido a ser honesto conmigo mismo y reconocer las cosas: este trabajo me parece una horterada.

Dicho esto y sin ánimo de ofender - es sólo mi humilde opinión -, os contaré que un día apareció un Cliente por el taller que buscaba una silla para acompañar una consola que tenía en el recibidor de su casa, y que quería que se lo pintáramos en plateado envejecido. También necesitaba un taburete para otra estancia de la casa, de estilo clásico. Tras mostrarle varios modelos de sillas de las que teníamos en el taller almacenadas, eligió una de ellas y le ofrecimos la opción de fabricar el taburete aprovechando la estructura inferior de otra lo cual le pareció buena idea.
Consola Original


Una vez aceptado el presupuesto, fuimos a buscar la consola a su casa e iniciamos el trabajo comenzando por el taburete. Normalmente prefiero empezar por lo más sencillo, de ese modo voy quitando trabajo de la vista y se ven las cosas más despejadas y con otro ánimo. Ya sé que es una forma de autoengaño pero cuando empiezas por lo más difícil y te atascas la sensación de agobio por todo lo que queda pendiente es peor. También ocurre a veces que lo que parecía más sencillo se convierte en una pesadilla, pero en general me funciona y de momento no pienso cambiar de método.
De una silla del almacén algo desvencijada desmontamos las patas que se encontraban en buenas condiciones, y tras lijarla le colocamos un tablero de DM como de asiento. Montado éste, las tintamos y barnizamos. A continuación forramos el asiento con goma espuma y lo tapizamos con la tela que nos había proporcionado el Cliente, finalizando con la colocación de un forro de tela en la parte inferior del asiento y unos tacos de adhesivos de fieltro en la superficie de apoyo de las patas dejando rematada de esta manera la primera parte del encargo, pasando a la siguiente, la silla.







Resultado final del taburete


Comenzamos con una limpieza y lijado de la estructura para, a continuación, darle una pintura de fondo negro con algunos toques granates. La idea era que una vez pintada de plateado y envejecida, lijaríamos algunos bordes y zonas de desgaste dejando entrever el color de fondo simulando de ese modo un desgaste aún mayor.

Silla en proceso
Ya estaba casi lista, fondo aplicado, pintada de plateado, finalizado el envejecimiento, sólo faltaba lijar bordes y barnizar, cuando el Cliente pasó por el taller:
- ¿Pero esto que es?, esto parece antiguo...
-¿Eh?, perdone pero, ¿usted no lo quería envejecido?
- Si..., bueno..., no..., yo lo quería platiado, que brille. Yo creí que envejecido era otra cosa... 


En fin, tras la estupefacción inicial, y viendo por donde iban los tiros, estaba claro que lo que él pensaba que quería no era lo que había pedido - como decía aquel: Creíque y penséque, hermanos de... -.

¿Y esto que significa?, pues si, empezar a lijar de nuevo, aunque menos, lo justo para repintar de platiado nuevamente, pero esta vez sin envejecido, ni nada de nada. Bueno, barniz, eso si.

Silla terminada
Con esto ya teníamos dos terceras partes del encargo terminado, y más importante aún, sabíamos lo que le gustaba al Cliente, sin sorpresas. Había llegado la hora de la consola, que en esta ocasión, no por ser lo último fue lo más complicado. La lijamos completamente y de haber sido mía la habría dejado tal como quedó, con esa antigüedad que le daba el color amarillento que apareció debajo del marrón que se puede ver en la foto inferior, pero claro,  eso es lo que yo habría hecho, no lo que el Cliente quería.
Como me hubiera gustado
No hizo falta darle ningún fondo, simplemente se pintó de platiado y se barnizó exactamente igual que la silla finalizando de ese modo el trabajo.
Me senté en esa silla platiada delante de la consola platiada y me sentí como el capitán Kirk a los mandos del Enterprise - Señor Sulu, misión cumplida, rumbo a casa -.

Consola terminada
Si bien es cierto que hubo una temporada en la que estaban de moda los muebles plateados, no era precisamente este acabado, que más parece mobiliario de cocina que de recibidor, pero en definitiva, para gustos hay colores, y aquí queda esto como muestra.








P.D.: Sin Comentarios, o como decía Vicentín - no te digo na', y te lo digo to' -





1 comentario:

  1. Al menos no fue dorado, sino hubieras sido rey Midas por un día, jaja
    Raquel

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