Con las medidas del encargo en la mano comencé por hacer un repaso del material que había en el taller con el que podía contar para este proyecto y encontré algunos restos de palets sobrantes de los utilizados recientemente para otro trabajo - que ya colgaré en su momento -, suficiente para iniciar la tarea. El resto ya lo iría buscando o comprando más adelante.
Primeros pasos |
En vista de que no me quedaban palets en el taller, ni había encontrado ninguno adecuado el el proveedor habitual - la calle, por supuesto -, opté por ir a la serrería a comprarlos. Buscaba alguno que tuviera las dimensiones necesarias para poder obtener tablones suficientemente largos para completar el tamaño del encargo - metro y medio de largo - sin remiendos, pero esto fue imposible, los más grandes que tenían eran de 120x100 por lo que finalmente opté por comprar tablones directamente que, aunque algo más caros, al menos me ahorraban tiempo y trabajo de tener que desmontarlos - reitero mi propuesta a que disfrutéis de la experiencia de desmontar uno vosotros solitos y luego me contáis -.
Estando allí le eché el ojo a unos listones cuadrados que bien podían servir para las patas y que estaban a precio razonable, así que me los agencie, cargué todo el material en el coche y puse rumbo al taller.
Ya con todo el material disponible me puse nuevamente manos a la obra. Acabado el contenedor para la tierra con los nuevos tablones, previamente lijados y barnizados, corté unos refuerzos para las esquinas que sirvieran de soporte sobre los que atornillar las patas previamente cortadas a medida. Coloqué otra pareja de patas en la zona central sobre una traviesa que cruzaba el ancho del contenedor para distribuir el peso ya que el largo alcanzaba el metro y cincuenta centímetros y por el peso de la arena, una vez estuviera lleno, correría el peligro de apandarse . Colocadas todas las patas que servirían de soporte situé varios travesaños en la parte inferior de éstas uniéndolas entre si. La parte superior estaban ancladas directamente a la estructura del contenedor por lo que al estar doblemente enlazadas mejoraba la rigidez de los soportes y la estabilidad del conjunto.
Finalizada la estructura, ya sólo quedaba rematar el contenedor colocando una rejilla plástica recubriendo el interior, de manera que contuviera, en la medida de lo posible, la pérdida de arena por el riego y a su vez permitiera que el agua escurriera evitando que ésta se empozara y pudiera llegar a pudrir lo plantado por exceso de agua.
Fijada la rejilla con grapas, confeccioné un marco cortando en inglete unos listones y lo clavé al rededor del perímetro superior del contenedor con el objetivo de, por un lado de esconder las grapas de sujeción de la rejilla, y por otro, darle un aspecto más elaborado al conjunto. Tras esto y para finalizar cubrí con varias capas de barniz especial, del que se utiliza normalmente para trabajos náuticos, más resistente a la humedad de la intemperie, toda la estructura que quedó como se muestra a continuación.
Proyecto listo para plantar |
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