sábado, 12 de noviembre de 2016

Mesa de Cumpleaños

Allá por el mes de julio, cuando se acercaba la fecha de cumpleaños de unos muy buenos amigos, puestos a pensar que les podíamos regalar, recordé el comentario que me habían hecho unos meses atrás - no sé si intencionadamente - de que querían cambiar la mesa que tenían en la terraza por una más pequeña, del tamaño justo para tomar café o un aperitivo. Entre las sillas, las camas de los perros, y a veces el tendedero, la terraza se les quedaba "justita" y pensaban que la mejor opción era poner una mesa más reducida - los perros creo que también eran partidarios de esa opción ante la alternativa de ser ellos los que se fueran a dormir a la caseta del jardín -.

Una mesa pequeña... bueno, eso lo puedo hacer yo - pensé -, y si lo hago con lo que tengo en el taller mato varios pájaros de un tiro. A saber, reciclo material sobrante de otros trabajos, haciendo de paso un poco de limpieza, me quito el quebradero de cabeza de todos los años - "que le regalamos que ya tienen de todo" - y por que no, me ahorro un dinero que la economía doméstica lo agradecerá.





Tenía bastante claro el resultado que quería obtener, lo que no vislumbraba tan claramente era el cómo hacerlo. Como sí tenía meridianamente claro que el tablero iba a estar confeccionado con tablas de diferentes medidas y tonalidades - oído de un comentario de ella - me puse a cortar restos de tablones de palets y sobras de otros proyectos anteriores mientras pensaba como darle forma a todo el conjunto.

Las ideas hay que ir a buscarlas y para mi o hay mejor manera que trabajando - bueno si, se me ocurre otra, pero no es plan de contar todos los secretos-. En seguida se me ocurrió coger un tablero de DM sobrante de algún armario que vi apoyado en un rincón pidiendo ser útil, y utilizarlo como base para clavar las tablas. Me di cuenta de que los bordes quedaban a la vista y afeaban bastante así que se me ocurrió ponerle un marco alrededor para disimular el acabado y de ese modo mejorar la apariencia. Me di una vuelta por el taller buscando candidatos para marcos y recordé que en algún lugar había dejado una pila de bastidores de lienzos que hacía ya un tiempo había recuperado, mientras paseaba con los perros, junto a un contenedor cerca de Las Canteras. Como diría Cesar, los vi, volví -con el coche, por supuesto - y los cogí .

Dicho y hecho, lo desmonté, lo corté a medida y volví a montar un marco alrededor de la tabla, que además, como ya tenía los cantos redondeados, con una forma agradable, me ahorraba el trabajo de tener que rematarlo.

Finalizado el soporte, clavé sobre él las tablas que previamente había cortado, y tras rellenar grietas de unión y lijarlo todo, el resultado no me terminaba de convencer, era triste. Me lo repensé y finalmente, me decidí por pintar las tablas de diferentes colores para darle más alegría. Como ya lo tenía todo montado y empastado tuve que tirar de cinta de carrocero para mantener las líneas rectas - mi pulso nunca ha sido algo que me caracterice - y pintar todas las tablas, que posteriormente envejecí - tampoco había que pasarse de alegría -.

Finalizado el tablero y tras darle vueltas a que tipo de patas ponerle, opté por unas simples tablas cruzadas en forma de tijera, para lo cual tuve que rebuscar entre los restos de los palets que quedaban hasta encontrar varias que estuvieran sanas y con longitud suficiente. Tras cortarlas a la medida correspondiente, pintarlas y envejecerlas las uní al tablero y coloqué un travesaño entre ambas tijeras para darle rigidez con lo que quedó finalizada y lista para su entrega.

Tras el Cumpleaños Feliz
P.D.: Aquí arriba podéis verla en todo su esplendor. Ya la he probado con unos cuantos cafés - ... y cervezas, por supuesto -.






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