lunes, 27 de octubre de 2014

Mesa de prácticas

Como ya he contado, me estaba dedicando a ésto por dos razones básicas, entretenimiento y ahorro, y ya le había comentado a algunos amigos que no me importaría dedicarme a esto más en serio, vamos tan en serio como para vivir de ello. Pues de rebote, y por uno de estos comentarios, la hermana de uno de ellos se puso en contacto conmigo y me planteó si era capaz de transformarle un mueble por que estaba redecorando su casa. Esta historia ya os la relataré en una próxima entrada, pero a mi me da pie para contar como con el empujoncito de la petición, y ya que tenía en mente hacerlo, a modo de práctica decidí tunear la mesa de mi comedor ya que lo que esta amiga quería para su mueble era, en parte, lo que yo tenía pensado para mi mesa.

La mesa no es que estuviera mal, salvo unas grietas en dos de las patas, lo que ocurre es que al ser de un color oscuro desentonaba con la decoración que le rodeaba por lo que era necesario introducir algún cambio para armonizar el conjunto, parecía lo que realmente era, una colección de muebles al que las circunstancias habían llevado a compartir espacio por sentido práctico, sin relación estética entre ellos.

Aspecto original
Pasada por la lijadora



En proceso de pintado
El primer paso fue desmontarla y lijarla completamente, esto siempre es lo más aburrido para que nos vamos a engañar. Después reparar con masilla y algún tornillo para las grietas y desperfectos.

A continuación, y una vez montada nuevamente, la pinté de color blanco, tres capas en total, ya que eran capas ligeras para que el acabado fuera lo más uniforme posible y el color oscuro de fondo se resistía. Una vez seco me dediqué a destrozar parte del trabajo realizado con la lija para darle un aspecto desgastado y con solera (para algunos me pasé), y de ese modo crear un nexo de unión entre el color blanco de las paredes y los rodapiés del comedor, y los muebles de la cocina (abierta al comedor), con el color madera claro por otro lado de las sillas y el parqué. Por último barnizar.


Aspecto final, y sí, las sillas también caerán...algún día

El trabajo en si no supuso mucho tiempo, lo que ocurre es que como hay que esperar a que se seque la masilla, la laca y el barniz, al final son varios días a tiempo parcial lo que te ocupa, pero es cuestión de organizarse para hacer otras cosas en los tiempos muertos.

1 comentario:

Gracias por tu participacion