Silla original |
Tras lijarlas y reparar algunos desperfectos se encolaron recuperando de ese modo la rigidez perdida por el uso y paso del tiempo quedando listas para el acabado. A cada una se le aplicó un color diferente, y no contentos con eso, para diferenciarlas aún más si cabe, las decoramos con imágenes transferidas con diferentes motivos - nuestro sello -, dándole así personalidad distinta a cada una de ellas, quedando finalmente como se muestra a continuación.
Lo siguiente fue la lámpara. Partiendo de una idea que desde hacía tiempo guardaba en la recámara de proyectos pendientes por falta de la oportunidad adecuada, lo primero que hice fue confirmar la existencia del tipo de bombillas que requería en proveedores locales - os recuerdo que somos de los que pensamos que hay que potenciar el pequeño comercio local -, a precio razonable claro está, dado que el presupuesto era limitado y había que ajustarse el cinturón para ganar algo de dinero - no sólo de rumba vive el hombre -. Encontré lo que quería sin excesiva dificultad así que nos pusimos manos a la obra.
Lo primero fue construir la estructura que serviría como plataforma con unas tablas de palets reciclados. Utilizando una fresadora se hicieron unas hendiduras en la parte superior de las tablas centrales para que no quedaran a la vista, donde se insertaron unos cajetines redondos de plástico para contener las conexiones del cableado. A continuación se pintaron las tablas de blanco con los cantos coloreados en diferentes tonos, y por último se le dio un acabado envejecido al conjunto.
Una vez que teníamos el soporte llegó el momento de las luminarias. La idea original era colocar varias bombillas de diferentes tamaños y formas colgando de la estructura. Tras visitar varios proveedores finalmente opté por tres tipos de bombillas diferentes adquiridos en dos tiendas diferentes, dos de tamaño normal pero forma distinta - una redondas y otras alargadas - y otro modelo redondo pero de tamaño gigante. Todas ellas con moderna tecnología led pero imitando en apariencia los filamentos de las antiguas bombillas incandescentes. En conjunto, las siete bombillas que componen la lámpara no alcanzan ni 60 vatios de consumo pero la luz que proporcionan es más que suficiente para cumplir con las dos funciones para las que se construyó, iluminar el espacio central del restaurante y llamar la atención.
Para conectarlo todo, y continuando con la idea del colorido, utilizamos unos cables trenzados forrados de tela que pintamos de distintos colores y con diferentes longitudes de los que colgaban los portalámparas. Ya sólo fue cuestión de conectar los cables a las cajas de registro y enrollarlos de manera anárquica alrededor de la estructura para que de ese modo, en apariencia, quedara como una maraña de cables de colores colgando de unas tablas.
Lámpara finalizada e instalada |
Aspecto final de la zona central |
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu participacion