domingo, 24 de abril de 2016

Tres tristes tigres

Allá hacía finales de noviembre recibimos una llamada pidiendo presupuesto por la restauración de varios muebles, creí entender que procedentes de una herencia familiar. Tras enviarnos varias fotos realizamos una primera valoración y le dimos un precio aproximado de lo que podía costar, a falta claro está, de posibles vicios ocultos que pudieran incrementar el coste de los trabajos, y dependiendo también de lo que finalmente como quisiera hacerlo - parecía que no lo tenía muy claro -.

No es que éste sea un método muy ortodoxo de dar presupuestos, pero ahorra tiempo y desplazamientos innecesarios. Mucha gente, cuando le das un presupuesto se asusta y se echa para atrás por que le parece elevado - normal en algunos casos - por que desconocen el trabajo que hay detrás de una restauración, que en la mayoría de las ocasiones son fundamentalmente horas de trabajo, y que en algunos casos el coste supera incluso el valor - monetario - del propio objeto. A veces se restaura más por el valor sentimental, y otras por tratarse de objetos únicos y originales, que aunque carezcan de valor, merecen la pena ser conservados.

Aceptado el presupuesto inicial, una semana más tarde pasamos por el domicilio y realizamos un análisis más concienzudo confirmando que no había nada más allá de lo que mostraban las fotografías. Recogimos los muebles, una consola, una silla Reina Ana y una pequeña mesa auxiliar, que trasladamos al taller para iniciar el trabajo.

Estado Original Mesa Auxiliar
De los tres muebles a restaurar elegí en primer lugar la mesa auxiliar. ¿Por que?, pues por que era la que menos trabajo iba a suponer - aparentemente -. Normalmente prefiero hacerlo así, comenzar por lo sencillo e ir incrementando el nivel de dificultad. Esto por varios motivos, avanzar rápido y quitar cosas de la lista de tareas pendientes anima y sirve para autoengañarse pensando que queda menos - aunque en trabajo realmente sea más -. También permite tener tiempo para ir pensando y planificando como afrontar los trabajos más complicados, y por último, ayuda a evitar cometer errores por relajación. Cuando afrontas primero un trabajo complicado, al finalizarlo te relajas y cuando lo difícil ya está hecho es cuando se cometen los errores de principiante, por el exceso de confianza, que al final se pagan con trabajo extra para arreglar los desaguisados - os puedo asegurar que más de una vez me ha ocurrido -. Cada maestrillo tiene su librillo, y a mi éste método me funciona por lo que, salvo excepciones, es así como me suelo organizar.

Mesa terminada
Como podéis ver en la imagen superior, se trataba de una pequeña mesa auxiliar en su estado original. Aparentemente no tenía mucho trabajo, tan sólo algunos arañazos en el tablero y algún que otro golpe en los bordes y patas, pero nada grave, que resultara complicado de arreglar.

La cuestión era recuperar el color original por lo que fue necesario lijarla en profundidad para hacer desaparecer el lacado dejando la madera natural a la vista, eliminando arañazos y golpes. Por último se barnizó y se enceró, esto último por petición expresa del Cliente.

El resultado fue un lavado de cara, del aspecto viejuno del color oscuro original pasamos a uno más claro, más moderno y  mejor integrado en la decoración del domicilio del propietario, pero




Silla en estado Original
A continuación le tocó el turno a la silla, la cual había que lijar y, no estaba claro aún si pintar de blanco o negro,  además de encolarla ya que la estructura estaba algo desencajada, y finalmente cambiarle la tapicería.

Comenzamos por el lijado pero conforme avanzamos nos dimos cuenta de que tenía bastantes golpes y rayaduras profundas que nos obligaría a cubrirlas con pasta para repararlas. También  mostraban contrastes de color bastante pronunciados, variaba desde marrones muy oscuros a otros más claros pasando por rojizos. Lo más razonable era tintarla para igualar el color, o pintarla y como aún no estaba claro el color llamamos al Cliente y le enviamos varias fotos ofreciéndole las posibles alternativas. Nos pidió una de las opciones que no le ofrecimos, lacarla de negro brillante - Nooooooo!! -.


Silla lista para la entrega
Pues dicho y hecho, muy a mi pesar, se la pasamos al lacador que se encargó del trabajo: negro brillante, tal como el Cliente decidió... y nada más que añadir, para gustos colores... - se nota que no me gusta ¿eh? -.

Unos días más tarde volvió la silla al taller donde paso otra temporada de espera hasta que por fin vino el tapicero y se la llevó de nuevo para una semana más tarde, devolverla terminada al taller.

Entre el lacador y el tapicero, las Navidades y los Carnavales el encargo se retrasó en la entrega más de lo que hubiéramos deseado, pero estas cosas ocurren cuando el trabajo depende también de otras personas ajenas al taller, y que también tienen sus compromisos y su trabajo. Afortunadamente el Cliente fue comprensivo y entendió los motivos.



Estado Original

Por último - en comenzar, que no en terminar - le tocó el turno a la consola que en la foto se puede observar, aún con parte del embalaje en el que llegó, y aunque parece que su estado es bastante aceptable, al revisarla más al detalle se observaban bastantes  rayones y golpes en los cantos, algo normal en un mueble de su edad que nunca se había tocado. O eso pensábamos hasta que la desmontamos para su lijado y descubrimos que una de las patas se había roto en su base y habían realizado un apaño bastante chapucero que tuvimos que solucionar.

La desmontamos y lijamos a conciencia. Se le quitó todo el lacado que la cubría devolviendo a la madera su color natural .Se limpiaron de cola reseca los puntos de anclaje de las patas y se sustituyeron dos tubillones de unión deteriorados reparando también las endiduras de la zona de ensamblaje de una de las patas que era la que se había partido. A continuación se encolaron y montaron nuevamente todas las partes fijando la estructura con sargentos para mantener la presión y que las piezas quedaran correctamente fijadas dejándola secar. 


Al día siguiente, liberada la estructura de los sargentos enviamos fotos al Cliente para mostrarle el aspecto de la madera limpia de toda laca y tinte. A pesar de que también presentaba importantes cambios de tonalidad y manchas en algunas zonas de la madera - no tanto como la silla - el Cliente decidió que quería dejarla en su color natural - afortunadamente descartó el lacado negro brillante -, únicamente barnizada, sin ningún tipo de tinte ni producto que alterara el color original y como el Cliente siempre tiene la razón - o no - así lo hicimos. Se le dieron varias manos de barniz y por último, y tal como el Cliente pidió - muy a mi pesar - se enceró para darle mayor brillo - por si no os habéis percatado, lo de la cera a mi no me va mucho, pero es simplemente una cuestión de gustos -.

Así es como quedó finalmente una vez de vuelta en la casa del Cliente.
Consola en su estado y ubicación final

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu participacion