jueves, 13 de noviembre de 2014

Lampara 10,45

El título no es por que sea la hora en la que se hizo o el número de la versión de la lámpara, es lo que me costó en euros hacerla. Por si no queda claro, esto no es una restauración o segunda oportunidad, se trata de un objeto que ha sido fabricado, al menos en parte, con componentes expresamente comprados para ello, aunque dándoles una utilidad distinta a la origina para la que fueron creados.

Un día que fuimos a buscar unos utensilios de cocina a la famosa tienda sueca, mientras hacíamos la ruta mínima obligatoria (todos los que habéis ido ya sabéis a que me refiero), - que no os voy a engañar, de vez en cuando me gusta ya que me sirve para generar mi propio brainstorming sobre las diferentes posibilidades de muebles y objetos de decoración de la exposición -) mi mujer me hizo un comentario inocente de lo curioso que estaría ese botellero, por su diseño, para hacer unos apliques para la escalera (sutil indirecta tras dos años con unas bombillas peladas) que reconozco que fue el chispazo de la idea.
Botellero Original

Dicho y hecho, cogí uno del estante y lo metí en la bolsa. El resto del trayecto hasta la caja iba pensando que hacer con él, me gustaba la idea, y si al final no se me ocurría nada o me arrepentía siempre había tiempo de dejarlo.

Pero si, se me ocurrió algo. Recordé unas portadas de plástico traslúcidas que guardaba para encuadernar y que podían servir para cubrir los huecos destinados a contener las botellas a modo de tulipa, idea suficiente para llevarme el botellero y seguir desarrollando la idea. Ya pensaría en solucionar el resto de cuestiones.

Ya que estamos, y en relación a la famosa tienda sueca, no quiero dármelas de way diciendo que no voy a grandes superficies y ese tipo de cosas, pero si es cierto que trato de evitarlas. Tengo por norma intentar conseguir los materiales que necesito en los pequeños comercios locales ya que prefiero que el beneficio quede en casa y no vaya a parar a esos hombres gordos con frac y chistera de las grandes corporaciones (me vienen a la mente las viñetas de El Roto - genial autor-). Al menos eso quiero pensar, aunque tampoco hay que dejarse timar, que también hay cada pequeño comerciante que no desmerece al mayor mafioso, afortunadamente los menos, pero en muchas ocasiones por la diferencia de precio (hasta puede que más barato si sabes donde ir) no merece la pena meterse en la vorágine de un centro comercial.

Dicho esto, sin ánimo de ofender a nadie - cada cual es libre de hacer lo que quiere con su dinero - , continuo. A la salida, y de vuelta a casa, paré en dos ferreterías. En la primera no encontré lo que buscaba (es a veces el problema del pequeño comercio, no todo es de color rosa) y en el segunda, si bien no era exactamente lo que tenía en mente, compré dos portalámparas (1,75€ c/u mas los 6,95 del botellero hacen 10,45, de ahí el título de esta entrada). Ya sólo faltaba pensar en como ponerlos.

Al día siguiente en casa, en una escapada mañanera a la cueva (cuarto de herramientas) corté un trozo de tabla para darle la forma de la sección transversal del botellero y lo pinté de blanco (esto último realmente innecesario ya que no se iba a ver) y por la tarde, cuando ya estaba seco fue cuestión de atornillar los portalámparas, uno a cada lado, colocar el cableado conectando ambos a una regleta, y ésta al cable de corriente, colgar en la pared, deslizar las fundas de plástico y lista, lámpara iluminando la escalera.

Colocada y Conectada
Estado Final




















Conseguí que las bombillas coincidiera con los aros metálicos transversales de manera que se evita el deslumbramiento del núcleo de la bombilla, que puede ser desagradable si se mira directamente a la luz. La verdad es que quedó mejor de lo que esperaba, así que en breve tendré que hacer otra visita a la tienda nórdica para comprar otro botellero para el tramo superior de la escalera, y de paso idear algún otro artilugio.

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